Infancia

Una nube llena de sol
es mi infancia.

Vuelo de libélulas de azul
transparente, en mis ojos.

Canciones que endulzan la memoria,
con tono de rosado angelical.

Caminos en rollos tejidos en grama,
que guardan las huellas.

Lucubraciones fantásticas y gestos
tangibles, entre las que levita el espíritu.

Corazón de rayo, palpitando
bajo un pecho ebúrneo.

Salas de encerado, en las que se despabila
el interés que yace amodorrado por lainocencia.

Un mar de traviesos rizos, por el cual
navega la ingenua barca del deseo.

Tristeza enterrada en la medula
del pensamiento.

Un tamiz de aire, siempre presto
a cribar penas.

Coral de tiple eufórico que despunta
en su tono, ausencia de dolor.

¡ Cándida amistad!

Amistad de rayuelas cantadas.
De caminos que bajan de siestas,
Y suben sepultados en atardeceres,
De baños a charcos con nombres.
De cuerpos enjutos tostados en canchos.
De refugios que chorrean amenas sombras.
De zarzamoras pinchadas en juncos.
De perfiles luminosos, arremolinados
al cobijo de la luna.
De gestos filiformes enlazados como trenzas.
De rezos susurrados junto a viejas tétricas,
que amainen tempestades
y amedrenten al trueno.

Mi infancia es eso:
Dias de soles, y rubosos ¿ me preguntas?
Música de campanas. Espiritu de luz.
Ilusiones sin lindes. Corazón radioso.
Genio de cristal. Rosal de voces aladas.
Visaje difundido en reflejos,
que se niegan a apagarse.
Una vastedad de brasas en mi mente,
que sonríen recuerdos.

¡ Albricias para mi vida!

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